SENTIMIENTOS Y EMOCIONES

SEGÚN FREUD

 
Los sueños, esos vagos recuerdos que alojamos en nuestra cabeza durante no más de 10 minutos. El primero que se atrevió a explicarlos fue el psicólogo Freud durante finales del siglo XIX y el siglo XX. Sigmund Freud no solo explicó los sueños, sino que también buscó el sentido del subconsciente y la consciencia.
Sigmund Freud


Para empezar, Freud consideraba que el mundo psicológico de todas las personas estaba organizado en tres entidades, el Ello eran los instintos primarios del cuerpo que puede relacionarse con el hambre, la sed o incluso la atracción sexual. De esta forma se podía explicar el comportamiento de los bebés, ellos simplemente obedecen al ello. Con los años el entorno donde crecemos va generando un Superyó, o conciencia como se conoce hoy en día, este Superyó reprime nuestros sentimientos primarios según nuestra cultura, por lo que la conciencia de un soldado romano no será igual a la conciencia de un oficinista de Madrid. La relación entre el Ello y el Superyó se denomina “Yo”.



 
Según Freud todas las personas del mundo guardamos en nuestro interior deseos que no pueden ser aceptados por el Superyó, y este los va reprimiendo, durante la noche este mecanismo de defensa se relaja y dejar aflorar esos deseos prohibidos a nuestra mente, estos reflejos son los sueños, incluso las pesadillas. “Todos los sueños tienen traducción, nunca literal” decía este reconocido psicólogo. Estas son algunas curiosas  traducciones de sueños.

 
-Soñar con agua:
               -Serena: estamos en un estado de equilibrio espiritual y conformidad con nosotros mismo.


 

               -Revuelta y turbia: estamos ahora en un periodo de pesimismo y negatividad.


El subconsciente según Freud tenía una misma procedencia que los sueños, son emociones y sentimientos que no pueden ser admitidos por el Superyó, de vez en cuando el subconsciente se impone al consciente provocándonos lapsus, movimiento involuntarios…

El Yo es fundamental para una vida física y espiritual correcta. El exceso de Ello provoca una inconformidad con nosotros mismos, y el exceso de Superyó genera una presión interior provocada por los deseos interiores.

 
En conclusión la consciencia es una realidad tridimensional, el Yo, el Ello y el Superyó, y para gozar de una mente tranquila y equilibrada deberemos gozar a su vez de un cuerpo sano. Esto demuestra que mente y cuerpo están íntimamente relacionados.



BIBLIOGRAFÍA

 





 
 
 


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